El comienzo de la demo, al contrario de lo que ocurrió con la de Rubí Omega y Zafiro Alfa (en parte debido a su naturaleza de remake) nos presenta un principios con sentido, sin descubrir detalles en exceso de la localización del archipiélago de Alola, si bien sí nos pone en situación: encarnamos al protagonista masculino, llamado Sun, el que se ha mudado desde la lejana Kanto junto a su madre, acompañados, naturalmente, por el compañero Pokémon de nuestro personaje, un Greninja regalo de un entrenador la mar de conocido. Sí, todos sabéis a quién me estoy refiriendo, pero insinuar queda más muy elegante que decir abiertamente.
Pero tranquilos, no todo será, evidentemente, admirar el paisaje, puesto que vamos a conocer a personajes de gran importancia en el juego principal: Tilo, que se ofrece afablemente a enseñarnos la isla, el profesor Kukui, e incluso a ciertos miembros del Team Skull, quienes no pasan desapercibidos en lo más mínimo, abriéndose merced a todos ellos las posibilidades de probar las nuevas funciones y aspectos del título, como pueden ser los movimientos Z o bien el Pokévisor.
La mejora gráfica del título se hace más que patente nada más probar la demo, y si bien ya sabíamos que la forma de los personajes se ajustaría a proporciones más realistas, aún asombra el gran avance que se ha producido. Podemos verlo, sencillamente, con las acciones de las personas: sus movimientos son la mar de fluidos, y, en el caso de nuestro personaje, la transición de ir andando a hacerlo corriendo, pararse en seco o bien dar la vuelta de manera brusca queda de lo más natural, haciendo pequeñas pausas en el instante adecuado.
El diseño de los comandos tanto en el menú del juego como en los combates también es digno de mencionarse, dado que presentan un aspecto más dinámico y llamativo, con un diseño que a mí personalmente me recuerda a los cómics. Además de esto, si eres de los que agrada el factor competitivo, te alegrará saber que podremos ver en combate las distintas alteraciones en las estadísticas de los Pokémon en la zona de batalla, así como los modelos y los ataques más eficaces contra nuestro rival. Evidentemente, no será oro todo lo que reluce, puesto que vemos lamentablemente palidecer el diseño debido a zonas que desentonan, como nubes o fondos que se muestran demasiado pixelados, o bien las mismísimas caras de los personajes, cuyos rasgos no destacan en absoluto debido a este hecho.
Los temas musicales, por su lado, suponen un enorme acierto, contando con una pluralidad nada desdeñable de ellos, como el tema primordial de la ciudad Hauoli, que rebosa ritmo isleño gracias al uso de instrumentos de percusión y cuerda propios de esas zonas, o bien los diferentes temas de combate.